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La temporada decembrina es para muchas personas una época de alegría, de entusiasmo, de compartir, celebrar y estar alegre. Todo comienza con la preparación de los arreglos navideños en la casa y en la oficina, y poco a poco ese espíritu se va reflejando en todo sentido.

En lo emocional, con una sensación de satisfacción, de optimismo y de ganas de hacer cosas nuevas, agradables y benéficas, y en lo físico, con un aumento de las defensas y un grado de bienestar que no se siente en otras ocasiones.

Todo esto ayuda a manejar de mejor manera el temido estrés que si bien, como dice la doctora Lucía Vargas Posada, psicóloga de familia, es una respuesta normal del organismo a la percepción de una situación y cada uno de nosotros reacciona de forma diferente de acuerdo con sus ideas, experiencias o condiciones particulares del momento, hay ocasiones en que hace de las suyas y nos ocasiona más ansiedad de lo normal, hasta convertirse en “una de las condiciones más frecuentes de queja y de alteración por la cual muchas personas consultan al médico y, a veces, al psicólogo o al psiquiatra”.

Eso suele pasar cuando termina noviembre y hay cansancio acumulado, pero es importante saber que justo en ese momento aparecen situaciones que nos hacen salir de la rutina, y una de ellas es la celebración de las tradiciones decembrinas que comienzan desde el ambiente laboral. Obviamente, para que surtan efecto positivo es fundamental que nos guste la época y que pongamos todo de nuestra parte para convertirla en la mejor temporada del año.

Los expertos sugieren entonces: volver a las tradiciones, a la familia, a las cosas sencillas; compartir con los amigos del colegio, de la universidad, del trabajo e idear la mejor forma de comunicarse y estar alegres, lo que se convierte en la fórmula más efectiva para prevenir el estrés psicosocial y las enfermedades.

“Científicamente se ha demostrado que la situación emocional altera el sistema inmune”, explica la doctora Sandra Losada, coordinadora del programa de Medicina, Mente y Cuerpo del Centro Médico Imbanaco. Si está estresado, hay un bajón de defensas y el organismo está más expuesto a los ataques de virus o gérmenes; si se relaja, se organiza y disfruta de la temporada, se elevarán sus defensas y se sentirá mejor.

Ahí está la clave: llegó diciembre, hay que festejar y ‘vestirse’ con espíritu navideño; hay reuniones y compromisos, pero estos no deben volverse una obsesión, sino parte de una agenda diferente, agradable; a la vez hay que dedicar suficiente tiempo para dormir, descansar, comer bien y hacer ejercicio moderado, pues estos también tienen efectos sobre el sistema inmunológico.

“Las personas que logran responder a las demandas del medio, dando respuestas ajustadas a la importancia de cada situación, sin experimentar en todo momento ansiedad y modificando los pensamientos negativos, pueden disminuir el estrés diario, pero también es recomendable tomar períodos de descanso, como las vacaciones de fin de año, porque durante este tiempo se pueden realizar actividades recreativas y retomar contactos familiares y sociales que benefician la salud física y mental”, agrega la doctora Lucía Vargas Posada.

Así que anímese y participe, sin perder la calma ni la cabeza. Lo contrario, es decir, ahogarse en compromisos y estrés, aumenta su riesgo de enfermar.

Para Esteban Jaramillo, motivador y conferencista, hay que “volver a las tradiciones, a la familia, como herramientas  absolutamente eficaces en el control de la tristeza, la angustia o la impotencia al no poder cumplir con las expectativas, la ansiedad y el desánimo, entre otros; encontrando los mejores momentos para compartir, con generosidad y plenitud”, como señala en un informe de Imbanaco. 

Finaliza diciendo que: “Somos dueños de nuestra experiencia y de la vivencia de la misma, así que tenemos todo el derecho a innovar y decidir qué queremos hacer con la Navidad, sin poner en juego nuestra estabilidad emocional ni irrespetar nuestro entorno”.

Un nuevo aire para

su salud en Navidad

"Científicamente se ha demostrado que la situación emocional altera el sistema inmune"

Por: Marisol Ortega

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