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Recicladores asociados

Por: Marisol Ortega

La batalla no ha sido fácil y ya tiene más de tres décadas la lucha de los recicladores por tener un estatus y un reconocimiento, al que esperan se sume la colaboración de cada ciudadano con una mejor disposición de residuos en la fuente.

Los avances han sido positivos, con resultados como la conformación en 1991 de la Asociación de Recicladores de Bogotá (ARB) “para protegerse y luchar por el reconocimiento legal que ganaron tras una emblemática batalla legal, en 2013”.

También, la labor de aproximadamente 20.000 recicladores de Bogotá ha sido destacada en otras ciudades del país y del mundo, aunque para algunos están lejos de alcanzar el reconocimiento que esperan quienes juegan un papel importante en la economía, al rescatar materias primas y vender muchas de ellas a empresas para realizar productos similares u otros como prendas de vestir, y contribuir con el cuidado del medio ambiente, al desviar materiales que fácilmente terminarían en el relleno Doña Juana.

“Bogotá produce cerca de 3.600 toneladas diarias de desperdicios, recolectadas por empresas privadas de basuras. Lo recogido se lleva principalmente al relleno de Doña Juana, el relleno más grande de Latinoamérica, ubicado al sur de la ciudad y en donde se entierran diaria y literalmente, 36 millones de pesos. La producción de basuras de la ciudad se estima en un 42.7% del total de desperdicios nacionales, dice un informe del Banco de la República.

“Existen programas de reciclaje, recuperadores independientes, precooperativas en proceso de formación y cooperativas. Sin embargo, el número de afiliados es todavía pequeño, aunque puede decirse que la organización de los recicladores ha logrado consolidarse en los últimos años y se encuentra en proceso de expansión”, agrega.

Además de la ARB, otros grupos se han conformado, con el fin de mejorar sus condiciones, brindarles formación y orientar su accionar. Ese es el caso de la Asociación de Recicladores Puerta de Oro Bogotá E.S.P., que “nace de la necesidad de mejorar las condiciones de vida de las mujeres trabajadoras del reciclaje que deambulaban por la calle con su carreta ante las inclemencias del clima y sin tener un lugar donde hacer la separación de sus residuos para poderlos comercializar obteniendo mejores precios de los mismos”, explica Elfa Nelly Vargas, representante legal de la Asociación de Recicladores Puerta de Oro.

Ya cumplen 7 años de estar legalmente constituidos, “aunque hemos realizado nuestro trabajo como recicladores toda nuestra vida. Iniciamos 38 madres cabeza de hogar y en el momento somos 127 familias que formamos parte de la Asociación. Los beneficiarios son recicladores del primer eslabón de la cadena, reciclador de oficio netamente”, agrega.

 

Un futuro mejor

En junio de este año, la administración distrital, en cabeza del Alcalde Mayor de Bogotá, Enrique Peñalosa, dio a conocer el nuevo esquema de aseo que incluye la participación de los recicladores de oficio en la cadena de aprovechamiento, lo que para ellos es muy positivo.

La Administración Distrital ya solicitó a la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) la verificación de motivos para la implementación de Áreas de Servicio Exclusivo y la consecuente celebración de contratos de concesión, previa licitación pública, con el fin de desmontar el esquema actual que fue adoptado mediante el decreto 564 del 2012, precisa un comunicado de la UAESP.

Con este esquema, “se quiere lograr una prestación del servicio adecuado a los estándares internacionales; modernizar el mobiliario urbano de aseo; fortalecer la cultura ciudadana implementando el reciclaje y aprovechamiento sostenible y generar estrategias para que sectores de la industria y otros actores de la cadena, utilicen materiales aprovechables en sus procesos.

“En términos generales, el nuevo esquema exige a los operadores que garanticen a los recicladores de oficio el acceso cierto y seguro del material aprovechable y a la vez, generará las condiciones para lograr el emprendimiento y mejora en la calidad de vida de los mismos”, complementa.

"contribuir con el cuidado del medio ambiente, al desviar materiales que terminarían en el relleno Doña Juana."

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